Vamos todos a vernos las caras después de tanto exigir; vamos a comernos los ojos y escupir nuestro existir. Ante tanta ironía, tanto deseo de fundir, vamos a silenciarnos las manos e intentar no sentir. A callar nuestras pieles rebeldes ante el sol, a quemar las neuronas que, aunque pocas, algunas quedan. A distraernos un ratito ante el calor, y sofocar aquellas penas que dislocan el vaivén de nuestra esencia. Clamor piden las articulaciones mas profundas, aclama el público distensión. A dónde van con tanta prisa? El espectáculo en persona llegó. Frente a la multitud desnuda expone, y en aplausos se re